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Madres en prisión, las otras madres

¿Cómo criar un hijo tras las rejas?

Hay lugares a los que solo unas cuantas personas se asoman, realidades invisibilizadas de las que poco se habla y de las que mucho ignoramos, como las cárceles. Esos lugares que asociamos con falta de libertad, con justicia e injusticia a la vez, con dolor y redención, con seguridad para algunos e inseguridad para otros… lugares lúgubres en la ficción y en la realidad, en las que cientos de personas conviven.

Solamente hay cuatro prisiones para mujeres en todo el territorio español

Las mujeres son minoría en las cárceles españolas y apenas representan el 7 % de la población carcelaria del país. Las mujeres están aún más ocultas y su realidad es todavía más invisible; en España existen cuatro centros para mujeres: Brieva en Ávila, Alcalá Meco en Madrid, Alcalá de Guadaira en Sevilla y Wad-Ras en Barcelona. El resto de reclusas se hacinan en módulos femeninos dentro de alguna de las prisiones restantes dedicadas a hombres. En las cárceles masculinas, las mujeres están normalmente en el mismo módulo, no hay clasificación penitenciaria, y tienen menos acceso a los recursos.

Madres en prisión

Si ser mujer en la cárcel significa invisibilidad y falta de recursos, ¿cómo es ser, además, madre?  

Parece que la situación ha mejorado para las mujeres presas con bebés; el art. 38 de la Ley Orgánica General Penitenciaria establece el derecho de las mujeres a permanecer junto a sus hijos hasta que cumplen los tres años de edad, por lo que las madres pueden elegir si desean que convivan con ellas o prefieren dejarlos al cuidado de un familiar en el exterior.

Tan solo existen tres unidades de madres en toda España: en Madrid, en Sevilla y en Palma de Mallorca

Para aquellos casos en los que eligen que el bebé permanezca con ellas, normalmente se ubican en alguno de los módulos para madres, o se trasladan a una unidad de madres si cumplen con la condición de estar en semilibertad (tercer grado o segundo con beneficios de optar a tercero). Tan solo existen tres unidades de este tipo en toda España: en Madrid, en Sevilla y en Palma de Mallorca.

Si bien los módulos para madres han sido adaptados para los niños y disponen de técnicos especialistas en Jardín de Infancia o pediatras en algunas cárceles, las unidades de madres son el espacio mejor acondicionado para acoger a niños, los cuales, al fin y al cabo, son inocentes y aun así viven en la prisión. Así lo asegura la presidenta de la asociación AMPARA, María Becerril, quien afirma que «las unidades son las mejor preparadas, con una estructura que cubre las necesidades de la madre y del hijo».

«Las cárceles hoy en día no son lo que eran hace años, han mejorado mucho en atención, y no se parecen en nada a las celdas minúsculas que nos enseñan en la televisión»

Las unidades carcelarias para madres son construcciones independientes y suelen localizarse junto a Centros de Inserción Social. Cuentan con guarderías en su interior, lugares de recreo y de estudio, o con utensilios de suma utilidad como microondas en la celda, necesario para preparar, por ejemplo, la leche del niño. Según nos cuenta María Becerril, «las madres reclusas cuentan con espacios privados, en los que disponen de un pequeño salón y baño propio. Las cárceles hoy en día no son lo que eran hace años, han mejorado mucho en atención, y no se parecen en nada a las celdas minúsculas que nos enseñan en la televisión».

Otra tipología de prisión existente en la que los niños conviven con sus progenitores es el módulo para familias. Por el momento solamente hay uno en toda España, localizado en Aranjuez. En él pueden ingresar ambos progenitores si están en prisión con su hijo. Según Becerril, este módulo también cuenta con guardería interna y con personal especializado en atención a la infancia.

Por lo que se refiere a la salud de los pequeños y de sus madres, reciben en todo momento atención primaria en la prisión y también asistencia en centros de salud u hospitales cuando es necesario. María Becerril nos explica que «en los casos en los que el bebé necesita acudir a un centro de salud, lo hace acompañado de su madre, y en una ambulancia, no en un coche policial».

Sin embargo, unidades especiales o no, siempre se trata de cárceles, cuya función es restringir la libertad de las mujeres presas, y aunque no se priva a los niños de libertad, sí que se ve limitada por las circunstancias. Al respecto, María Becerril recuerda que «no es el sitio más adecuado para que esté un niño, porque al final sigue existiendo el estigma de las puertas que se abren y se cierran, la megafonía, el cemento…».

La madre en prisión pierde su autoridad frente al niño por tener limitado su poder de decisión

Además, Becerril comenta que en esta situación «la autoridad de la madre se pierde, pues no es ella la que manda en muchas cuestiones, sino la funcionaria de turno», aunque remarca que las funcionarias están muy sensibilizadas en estos módulos y unidades de madres.

Otra cuestión que puede suponer una dificultad para la madre y el niño es la convivencia con el resto de reclusas, puesto que son espacios que, aunque amplios, resultan limitados; «hay lugares comunes que las madres y sus hijos deben compartir, lo que a veces puede ser un problema porque cada madre tiene sus circunstancias especiales», señala Becerril.

¿Y el resto de mujeres presas?

Si bien las condiciones de vida de las madres presas en los módulos y en las unidades de madres son apropiadas, la situación en el resto de módulos para mujeres es completamente diferente: «No tiene nada que ver un módulo de madres con el resto de módulos femeninos, hay una diferencia abismal», declara María Becerril.

Las mujeres presas representan el 7,1 % de la población reclusa

España es el país de Europa con la mayor tasa de encarcelamiento femenino

Según datos del Ministerio de Justicia, las cárceles españolas albergan a 3971 mujeres presas, que representan un 7,1 % de la población reclusa, y el récord de encarcelamiento femenino en Europa occidental, donde el porcentaje no supera el 4 %.

En línea con lo que afirmaba Becerril, en el informe sobre la situación de las mujeres presas, elaborado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), se apuntaba que las condiciones de vida de las mujeres presas en las prisiones españolas son «mucho más duras» que las de los hombres.

De hecho, desde Instituciones Penitenciarias se reconoce la existencia de esta desigualdad, por ello en 2021 emitieron una orden de servicio de fundamentos para implementar la perspectiva de género en la ejecución penitenciaria (orden 6/2021). En este documento se hace constar que debe garantizarse el acceso de las mujeres a los programas de tratamiento, promover su participación en actividades formativas y laborales en las que no tengan presencia y dejar de limitar su acceso a actividades.

Cuando una mujer entra en prisión sufre una triple condena: social, personal y penitenciaria

Según el informe de APDHA cuando una mujer entra en prisión sufre una triple condena: «social, personal y penitenciaria», por ello su situación es peor que la de los hombres presos, ya que existe «una mayor precariedad de espacios y, en consecuencia, peores condiciones de alojamiento, además de una menor oferta de recursos», detalla.

Del mismo modo, otra cuestión en la que pone el foco el informe es la distancia, un aspecto que considera una de las principales áreas de discriminación para la mujer presa: tan solo hay cuatro prisiones para mujeres en toda España y el resto son módulos específicos integrados en la estructura de las prisiones para hombres en los que las presas son hacinadas sin separación por clasificación penitenciaria alguna, por lo que muchas mujeres son trasladadas fuera de sus territorios de origen, lo que amplía la lejanía de su entorno familiar y afectivo, dificultando así su proceso de reinserción social.

Las cárceles generalmente son lugares olvidados y las mujeres que en ellas habitan aún lo son más. No obstante, se trata de realidades que nos apelan, aunque no tengamos ningún familiar dentro, como afirmó en una entrevista la catedrática de Sociología en la Universidad de Barcelona (UB), Elisabet Almeda Samaranch, ya que lo que sucede en las cárceles de mujeres es el reflejo de lo que sucede con la mujer en la sociedad.

Fuentes:

https://asociacionampara.org/ 

https://www.interior.gob.es/opencms/pdf/archivos-y-documentacion/documentacion-y-publicaciones/publicaciones-descargables/instituciones-penitenciarias/Unidades-externas-de-madres-NIPO-126-10-113-9.pdf

https://www.prisonstudies.org/sites/default/files/resources/downloads/world_female_imprisonment_list_5th_edition.pdf  

https://apfp.es/apfp/orden-de-servicio-6-2021-implementacion-de-genero-en-la-ejecucion-penitenciaria

https://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Temas/Estadistica-Judicial/Estadistica-por-temas/Datos-penales--civiles-y-laborales/Cumplimiento-de-penas/Estadistica-de-la-Poblacion-Reclusa/

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