Hablamos con expertas en las dinámicas de crianza, familia y educación como Laura Rojas-Marcos, doctora en Psicología Clínica y de la Salud, psicoterapeuta e investigadora y Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres, en una ponencia organizada por Fundació LaCaixa en Madrid sobre «Escuela y familia, educar juntos en positivo»

El concepto familia es algo dinámico y social. Es un concepto construido por la sociedad de cada momento y por ello se transforma el concepto de familia y lo que se entiende como entorno familiar. En el momento actual, en una sociedad conectada e informada, es necesario romper con la tendencia individualista y recuperar el concepto de «tribu», crear red y comunidad y así lo explica Laura Baena, fundadora de la comunidad Malasmadres y defensora de la madre trabajadora que no quiere renunciar a su vida profesional ni a la crianza de sus hijos.

Afecto, demostrar cariño y refuerzos positivos, es el elemento fundamental para una dinámica familiar saludable, Laura Marcos-Rojas

Baena afirma que el principal componente que requiere la educación en familia es el tiempo. Que se ha obviado el factor tiempo y se ha creado el mito de «tiempo de calidad» para justificar la falta de tiempo dedicado en las familias a la educación de los hijos, no obstante, la práctica requiere dedicación para desarrollar valores positivos en los niños y niñas. Algo imposible sin tiempo.

Nos han vendido el mito del «tiempo de calidad» para justificar la falta de dedicación de las familias a la educación de sus hijos, Laura Baena

El ambiente familiar condiciona el ambiente escolar y numerosos estudios demuestran que los ambientes familiares positivos y afectuosos se asocian a mejores rendimientos académicos. Laura Marcos-Rojas recomienda para tener una dinámica familiar saludable tener coherencia entre lo que se hace, se piensa y se transmite a través del lenguaje, evitando la ironía y los sarcasmos. Marcos-Rojas indica que la herramienta más potente es el afecto, hay que exteriorizarlo y mostrarlo a través de refuerzo positivo y del cariño.

Compararse con otras madres y tener expectativas irreales y autoimpuestas sobre el papel de la maternidad son factores que construyen el sentimiento de culpa de muchas madres al trabajar.

La culpa es un sentimiento que sufren muchas madres por trabajar cuando tienen hijos pequeños, es un tema complejo y multifacético que puede variar de una persona a otra. Algunos factores que influyen en ese desequilibrio en la balanza entre el trabajo y la crianza de los hijos son el compararse con otras madres, tener expectativas irreales y autoimpuestas sobre el papel de la maternidad y de la mujer como la principal cuidadora de los hijos. Para evitar este sentimiento hay que abrirse y pedir ayuda, a las parejas, a los familiares, a los amigos entretejer una comunidad de crianza y no vivirlo como una experiencia de sacrificio aislada.

La conciliación laboral sigue siendo un desafío político, económico y social y existen muchas barreras estructurales y estigmas culturales que dificultan el equilibrio entre vida laboral y vida familiar.

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