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Una competición para reformular y democratizar la poesia en los IES

Slam Poetry: la poesía como recurso para conectar con el alumnado

La poesía es una de las formas más artísticas y bellas de conectar con las personas y con uno mismo mediante el lenguaje. Emoción, creatividad, imaginación y ritmo son los ingredientes del cóctel, y de esto saben mucho los participantes en Slam Poetry, un concurso muy conocido entre los amantes de la poesía en el que los contrincantes utilizan tan solo la voz y el cuerpo para cautivar con sus versos al público. Este concurso se caracteriza por exigir de los participantes agilidad, dinamismo e interacción.

En la provincia de Barcelona existen varios espacios dedicados a este tipo de competiciones; uno de ellos lo encontramos en Sant Boi de Llobregat: la asociación Llobregat Slam Poetry - Associació Cultura Excêntrica. Pertenece a la red de 33 ciudades que conforman la liga nacional de Slam Poetry España y funciona en el municipio desde 2013.

La asociación Llobregat Slam Poetry lleva la competición poética a las aulas de secundaria con el proyecto SlamINS

Uno de los proyectos educativos surgidos en el seno de esta asociación es SlamINS, un proyecto que se lleva a cabo con alumnado de 3.º y 4.º de la ESO. Consiste en una serie de talleres curriculares de Literatura Oral y Poesía Escénica para todos los institutos de la región. El proyecto lleva en marcha más de seis años y en él han participado más de 1400 estudiantes. En Inèdit entrevistamos a Carlos Elías Soriano, uno de los organizadores del SlamINS. Es profesor de Matemáticas y Ciencias en secundaria, y también es profesor de poesía y ganador de la liga nacional Slam Poetry España en tres ocasiones.

Pregunta: ¿Qué es la poesía Slam?

Respuesta: Me gusta mucho la definición que dan en Francia de esto. Slam Poetry es un deporte artístico de competición. Es un deporte en tanto que engloba la idea de una disciplina, de un entrenamiento y de una tecnificación; es artístico en tanto que es una manifestación cultural; y es de competición en tanto que las personas que participan compiten entre sí para ganar el favor del público. A priori, no hay más restricciones pero sí 3 reglas básicas: los textos son de autoría propia; los poetas solo deben usar su voz y su cuerpo, por lo que no puede haber instrumentos musicales, disfraces, canciones ni atrezo; y la duración es de tan solo 3 minutos. El resto es de elección propia: lengua libre, tema libre, estilo libre, y sin censura.

Slam Poetry es un deporte artístico de competición en el que los contrincantes utilizan la voz y el cuerpo para cautivar al público

P.: ¿Por qué es importante enseñar poesía en las escuelas?

R.: Sobre todo por la subversión de los roles que permite. Afortunadamente cada vez hay más docentes y educadores que creen que las formas tradicionales en que la literatura es presentada al estudiantado no son suficientes para estimular de forma significativa una conexión con ellos. Slam Poetry ofrece la oportunidad de representar y resignificar estos contextos instruccionales de aprendizaje literario y de la poesía en particular, desde una postura lúdica, interactiva, muchísimo más fresca y que conecta con decenas de miles de personas en el mundo.

«Las formas tradicionales en que la literatura es presentada al estudiantado no son suficientes para estimular una conexión con ellos»

P.: La poesía es una asignatura compleja de enseñar por su complejidad lingüística y estética, ¿cómo enseñar esta materia a la juventud?

R.: Esta pregunta es fantástica porque nos da la oportunidad de reformular el concepto de la poesía que tienen los jóvenes en el instituto y deselitizarla, demostrarles que la poesía no pertenece a una élite ilustrada y muy leída y que sabe mucho de poesía, de métrica y de análisis, para subirse al escenario y poner en palabras lo que una persona siente, y lo que le mueve y le motiva. Esta es una pieza central del proyecto, pues permite demostrarles lo fácil que es en realidad el acto creativo.

«Tenemos la oportunidad de reformular el concepto de la poesía que tienen los jóvenes en el instituto y deselitizarla»

P.: ¿Enseñáis poesía o a escribir poesías?

R.: Hacemos ejercicios de desbloqueo, movilizadores y facilitadores de ideas. No ponemos tanto acento en la dimensión literaria (la calidad o la complejidad de los textos) sino que el valor añadido está en darles un entorno de juego en el que experimentar y permitirse el lujo y la libertad de explorar sin prejuicios.

P.: ¿Cuál sería la mejor forma de involucrar al alumnado para escribir poesía?

R.: Hemos descubierto que lo que empezó siendo un taller de escritura creativa para reformular estos contenidos de la dimensión lingüística y literaria comunicativa, se ha ido a lo largo de estos años enfocando a la dimensión emocional. Creemos firmemente que vale la pena apelar desde el primer minuto al estudiantado a que se atrevan a exponerse y a explorar sus vulnerabilidades. Nosotros hemos pasado de una primera fase del proyecto en la que jugamos con las palabras a otra en la que jugamos con las emociones. Decidimos probar si en las poquitas horas que le dedicamos (5 sesiones anuales) éramos capaces de, con poquitos estímulos, desbloquear esos prejuicios o roles que habitualmente tienen en el aula, que a veces provocan el aislamiento comunicativo y emocional. La dimensión emocional a nivel de gestión de la adversidad, gestión de la frustración y poder poner palabras a las emociones es el primer paso de la alfabetización emocional para una mayor salud, no solo psicológica y emocional sino también relacional.

«Hemos pasado de una primera fase del proyecto en la que jugamos con las palabras a otra en la que jugamos con las emociones»

P.: ¿A qué edad es recomendable empezar a enseñar poesía?

R.: Es una gran pregunta. Por supuesto, debe haber unas infinitas formulaciones pedagógicas y didácticas adecuadas y eficientes para la propagación e inspiración de la pasión por la poesía en todos los cursos. Desde nuestra experiencia como equipo hemos comprobado que lo que funciona muy bien en 3.º o 4.º de ESO es absolutamente ineficiente en 6.º de Primaria, por ejemplo, así que invitamos a los equipos docentes interesados en propuestas de este estilo a reflexionar sobre la adecuación de las aproximaciones. En educación no hay una varita mágica; aquí la tecnología no son aparatos, la tecnología educativa son formas de hacer y de pensar en el aula, y eso es algo contingente y muy local, por lo que la aproximación adecuada siempre depende del grupo concreto o de la promoción. Lo que está claro es que nadie da lo que no tiene, ¿y qué tenemos nosotros? Pues pasión por la literatura, por la poesía estética y por la pedagogía.

«La tecnología educativa son formas de hacer y de pensar en el aula»

P.: ¿Todos los institutos participan de este proyecto?

R.: Aquí cabe destacar que el municipio ha creído lo suficiente en este proyecto como para introducirlo como actividad curricular. No es algo extraescolar o algo que ocurra fuera del aula, sino que se lleva a cabo dentro de la clase y en horario lectivo. Por supuesto, hay secciones de algunos equipos docentes que no le ven el valor de entrada, y son reticentes, pero luego en su mayoría reconocen que hay un valor muy grande y dejan de verlo como una serie de horas perdidas. Pasan a verlo como una ventana, una oportunidad para algo que en los contextos ordinarios en el aula no ocurre: esa apertura emocional.

El valor de la poesía es conocido y reconocido en todas las culturas, es una de las artes más antiguas cuyo dominio y maestría ha sido el orgullo de muchas civilizaciones. De hecho, desde 1999 cada 21 de marzo por propuesta de la UNESCO se celebra el día mundial de la poesía, un día dedicado al ensalzamiento de la diversidad y riqueza lingüísticas.

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